jueves, 25 de julio de 2013

Y sigue...

Hay días que el sol no alumbra, la lluvia no moja, la noche no tranquiliza, la saliva se vuelve solida y se atora en la garganta, días que uno nunca pensó vivir, en donde el dolor lo pone a uno en una nube muy cercana al suelo; pero nube al fin, días en que la actividad diaria parece que despeja la mente pero no hace más que ponerle una mascara pues el recuerdo es perenne e intenso alimentado de detalles, colores, formas, sonidos, en donde cuesta trabajo y sin embargo se sabe que  hay que buscar un lugar en el corazón.